Diego Barrena Rubio ‘Dieguito’ es el capitán del CD Calamonte. Un capitán que lleva defendiendo la zamarra blanca desde hace 10 años. «He vivido cuando el equipo estaba en la miseria y ahora disfruto viendo a quinientas o seiscientas personas llenando todos los domingos el Municipal». Así resume su trayectoria en el equipo de su pueblo.

No olvida Diego los momentos malos del Calamonte, como cuando estuvo cerca de perder la categoría en la Preferente. “Nosotros salvamos en la última jornada, jugábamos partidos en casa con más gente del equipo contrario que del pueblo, no venía nadie a vernos. Había veces que íbamos cuatro jugadores a entrenar y las alineaciones se tenían que completar con los juveniles», describe Diego, si bien reconoce que ahora las cosas han cambiado. «Es un gustazo tener a 500 personas viéndote, es un lujo del que ahora podemos disfrutar y del que todos, afición, jugadores, juveniles… disfrutamos. Se han dado muchos factores para que eso ocurra, tenemos una generación de futbolistas que veo muy difícil que se vuelva a repetir: Pity, Berna, Écija, Carrasco, Vilorta, Juanfe... Será complicado volver a reunir tanta calidad, de la misma localidad, en un equipo”.

La sombra de la retirada

Se le ve ilusionado y tan competitivo como siempre. Pero no hace mucho, las cosas no fueron así. «Cuando me pasó lo del susto –perdió el conocimiento en un partido de Copa Federación en verano del 2016 – me planteé dejar esto y perdí mucha confianza, pero gracias a todos mis compañeros he vuelto poco a poco a recobrar esa ilusión”, reconoce Dieguito. Y a pesar de ser ya todo un ‘veterano’, el capitán blanco tiene cuerda para rato. «Si el trabajo lo permite, creo que me quedan aún 3 o 4 años por jugar en Calamonte».

Sobre las posibilidades del club blanco, es claro: «Hay calidad para pelear por la liguilla de ascenso. Nos falta ambición en los momentos claves y, si el bloque se mantiene durante un par de años más, el Calamonte jugará una liguilla de ascenso », apuesta un hombre que empezó jugando de portero y que ha pasado por todas las posiciones. Sobre su situación, en la que ya no es titular indiscutible, es sincero. «Esta temporada hay un pedazo de jugador como Ñoño que está increíble. Y me alegro muchísimo por él. Jamás me he quejado o exigido que por veteranía me pongan de titular», precisa Diego.

Recuerdos

«No tengo mucha memoria para las anécdotas», reconoce sonriendo. «Pero lo que sí tengo claro es que de los diez años que llevo aquí, si con algo me quedo es con las grandes personas que he conocido, con los amigos, jugadores, compañeros… y con el trato que me ha dado la afición », afirma.

Llama la atención que en su once histórico Diego incluya a jugadores jóvenes como Pity o Berna. «Pity es de los mejores jugadores que han pasado por el Calamonte. El primer día que llegó se puso de pareja conmigo en los entrenamientos. Y hasta hoy. Y además de un gran jugador, en una gran persona», afirma.

«Pity, Berna, Écija… son muy buenos jugadores y que están poco valorados en Extremadura», señala, al tiempo que reconoce que los grandes clubes de la región fichan más fuera que dentro «y muchos de los que vienen no tienen más calidad que los que he mencionado. Y eso por no hablar de otros como Carrasco, al que no siempre se le valora justamente. Un tipo que ha jugado en los mejores clubes de la región es porque es bueno. Y Carra lo es», afirma al tiempo que expresa su deseo de que continúe en las filas blancas al menos un par de años más.

Diego no quiere concluir la entrevista con HOY sin agradecer a la afición «el cariño y los ánimos durante todo este tiempo: en los momentos buenos y en los malos» para concluir refrendando su sueño de disputar una liguilla… y ascender».