Antonio Navarro frente a su flota de vehículos en la avenida de Mérida.
Antonio Navarro frente a su flota de vehículos en la avenida de Mérida. / :: Mario MS

Antonio Navarro: «Lo tenía todo, mi familia, mi negocio... me faltaba la llamada de Cristo»

  • Confiesa que le gustan todos los coches y no siente apego por ninguno en especial. Prefiere disfrutarlos durante un tiempo y cambiarlos pronto

Antonio Navarro Pardo (Mayo, 1969) natural de Calamonte recibe a HOY en su expositor de vehículos de Calamonte. Padre de tres hijos, dos niñas y un niño, su templanza, calma pero activa al mismo tiempo a la hora de hablar, facilita que una mañana cualquiera pase volando.

Cada pocos minutos recibe llamadas por la llegada de nuevos vehículos listos para su venta o por la inmediata venta de algún coche que estaba pendiente. Navarro también dedica parte de su poco tiempo libre a ser el Pastor de la Iglesia Evangélica en Calamonte. Allí dedica su parte espiritual para olvidarse por unos minutos del ajetreo diario.

–Navarro confiesa que desde pequeño le gustaron siempre los coches. Tenía fijación por ellos. Así que la primera pregunta es ineludible: ¿Cuándo empezó a vender coches?

–Desde que era pequeño me gustaban los coches y con 18 años ya me introduje en el mundillo de la compra venta. Pero en aquella época lo que compraba eran coches pequeñitos que tenía que vender rápido porque había que comer en casa. Luego ya con 22 años me puse más en serio y desde entonces hasta hoy. Por cierto, este año cumplo 25 años vendiendo coches. Todavía me acuerdo cuando llegaba al bar Tames y buscaba vendedores.

–¿Cómo lo hacía para vender esos coches? ¿Pidió algún préstamo al banco para empezar?

–Me acuerdo que al principio ponía los coches cerca del teatro romano de Mérida con el letrero de “se vende” y poco a poco los iba vendiendo. Y luego nunca he pedido ningún préstamo. Conforme he ido vendiendo he intentado reinvertir lo que podía en más coches.

–Y pudiendo elegir cualquier profesión de tantas como hay, ¿Por qué esta de la venta de coches?

–Sinceramente, desde siempre he sabido que esto era lo mío. Tenía claro que había nacido para esto. Es un trabajo que me apasiona, y eso muy importante, porque si además de apasionarme puedo vivir de ello es una alegría doble.

–Dice que comenzó a vender coches pequeños y está claro que actualmente tiene una flota de coches de lujo, además de otros de gama media. ¿Cómo fue ese paso de vender coches de gama media a coches de lujo que tiene ahora en exposición?

–Esto es como todo. Siempre he sido una persona que he ido haciendo el negocio poco a poco. Empezaba con un coche luego con dos, después con tres, y así fue creciendo. Gracias a Dios, ya desde los primeros años ha ido subiendo. Siempre he intentado que haya todo tipo de vehículos, porque si te fijas bien, verás coches pequeños, otros de gama media, furgonetas comerciales, coches de gama alta y todo terrenos.

–Por pura curiosidad, ¿Qué se necesita para vender coches? ¿Tienes preferencia por algún coche en especial?

–Pienso que lo primero es que te tiene que gustar mucho. Pero sobre todo, mi padre me inculcó desde pequeño a ser formal, serio y hacer las cosas bien. Eso a la larga se nota. A mi me gustan todos los coches. No tengo apego a ninguno. Además prefiero disfrutarlos durante un tiempo y cambiar a otro.

–¿Cuál es su principal afición deportiva?

–Hombre, para mí la Fórmula 1 es alucinante. Además tengo la suerte de que a través de una financiera por donde los clientes financian los coches, me han invitado algunas veces a ver el mundillo de la Fórmula 1. Esto fue en Madrid y Marbella.

–Cambiando de tercio. Usted también es pastor evangelista. ¿Cómo comenzó con esta actividad?

–Desde hace algunos años, a pesar de que tengo a mi familia, el negocio iba bien, lo tenía todo, pero yo sentía desde mi interior que me faltaba algo. Así que descubrí que lo que me faltaba era Jesucristo, así que me puse a estudiar para ser Pastor, y gracias a dios actualmente estoy pastoreando una iglesia evangelista en la calle Chaparra. Aunque ahora le dedico más tiempo a la iglesia que al negocio. No tiene beneficio material, pero sí espiritual.

–¿Qué actividades realizan en la Iglesia Evangelista?

–Hacemos cosas muy sencillas y tenemos un ambiente muy familiar. Oramos a Dios, predicamos la palabra, cantamos, cuidamos de los jóvenes y predicamos a los matrimonios para que sean felices. Enseñamos mucho sobre la enseñanza y el respeto por las personas mayores. Básicamente trasladamos valores para la convivencia.

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