Paco en su despacho junto a la colección de sellos.
Paco en su despacho junto a la colección de sellos. / :: Mario MS

«El valor de una colección no lo marca el precio, sino lo que aprendes de ella»

  • Tiene más de 50.000 sellos reunidos durante 36 años. Para Francisco de la Fuente la razón de su afición es «el puro placer de coleccionar»

Francisco de la Fuente Fernández es padre de tres niños y esposo de Maria Antonia, la del estanco de la plaza. Ahora lleva un tiempo trabajando de conserje en un colegio de Badajoz. Su caminar enérgico le delata como una persona inquieta. Hiperactiva. Y así es. Él mismo ha construido con sus propias manos un scalextric hace unas pocas semanas en el garaje de su casa, con su decoración y atrezzo de barro, árboles y arbustos. «Este lo preparé porque desde pequeño me gustaron y a mis hijos les encanta», relata.

Esto ya nos sitúa en su perfil: ‘un manitas’. Y presidente del Grupo Filatélico Emeritense. Y como es lógico en su despacho tiene infinidad de colecciones de sellos, cartas, monedas, documentales en dvd, libros, comics del Capitán Trueno… Incluso ‘rascas’ de la ONCE. Se reconoce aficionado a la historia y más concretamente a la guerra civil española. Además, se confiesa un amante de todo lo que tiene que ver con Correos y su maquinaria.

En el mismo despacho tiene una máquina para abrir cartas, una franqueadora alemana de franqueo mecánico de hasta 1.000 pesetas. Y otra máquina de giros postales que constaba de tres partes. La matriz, que era lo que se mandaba, el resguardo del cliente y el resguardo para la oficina de correos. Entonces, la máquina lo que hacía era poner los tres matasellos y la cortaba. «He visto la franqueadora que tienen en el museo postal de Madrid, pero he visto que la mía está en mejor estado».

Paco desconoce con exactitud la cantidad de sellos que colecciona. Echando un cálculo a mano alzada dice que unos 50.000 sellos. Podrían ser más.

–¿Cuándo empezó a coleccionar sellos y por qué?

–Empecé con 10 años y ahora tengo 46. Así que llevo 36 años coleccionando sellos. Y se nace con ello. La filatelia te tiene que gustar mucho. Además al mismo tiempo aprendes mucha historia.

–La pasión por coleccionar sellos le llevó incluso a exponer en varias ocasiones. ¿Cuándo fue la primera vez que expuso su colección?

–La primera vez fue en Mérida en su segunda exposición filatélica del 12 al 14 de marzo de 1997. Allí expuse una colección de sellos de Alfonso XIII, el bisabuelo del Rey.

–¿Ha expuesto a nivel nacional e internacional?

–Sí. Fui en 2003 y 2004 a las exposiciones filatélicas nacionales que se celebran cada año. Pero dejé de ir por un encontronazo con el jurado. Pero eso sucede en muchos sitios. Así que decidí retirarme y no suelo estar en las exposiciones nacionales. Y luego a nivel internacional, estuve con una colección de la fama en La Habana. Querían un tipo especial de coleccionismo sobre los sellos de valor variable. Algo que es novedoso porque se empieza a coleccionar a partir de los años 80. Y mandé una colección variada. Esto fue en 2006 y conseguí una meritoria segunda plaza colgándome la plata. Pero donde conseguí mi éxito más grande fue en Indonesia donde se celebró una exposición mundial. Allí logré una puntuación de 86 sobre 100. Esa es una puntuación muy alta, la verdad. Así que conseguí una plata grande.

–¿Qué tipo de sellos tiene?

–En realidad mi debilidad son los matasellos. Quiero decir. Me gusta más que el sello esté circulando con la carta. Por ejemplo, hay cartas de 1833 que pueden costar entre 60 y 70 euros. Por eso esta afición primero te tiene que gustar mucho, y segundo tienes que saber que si quieres lograr buenas colecciones, tienes que rascarte el bolsillo. Porque tú imagínate. 60 euros por aquí 50 por allí… y así con cada carta que quieras obtener. Eso sí, en lo que sí me considero un experto es en los sellos de valor variable, que se colecciona por fechas, y empezó en los años 80. Es la colección más importante que tengo.

–Tiene usted muchas monedas de dos euros, ¿a qué se debe?

–Son monedas de dos euros conmemorativas que salen cada cierto tiempo. Cada país europeo saca muy pocos modelos al año. Alemania por ejemplo, creo recordar que ha sacado cuatro para este año. Por ejemplo, hay una moneda de Mónaco de Grace Kelly valorada en 2.500 euros. La gente que las colecciona normalmente lo hace porque se revalorizan con el tiempo. Además, la filatelia estaba de capa caída y las monedas han venido a salvar el coleccionismo. Hay muchísima gente que colecciona.

–¿Qué consejo da a quien quiera empezar a coleccionar?

–Tengo un buen amigo de la agrupación filatélica de Badajoz, Juan León Domínguez, un maestro jubilado. Y me decía que “hay que coleccionar por el placer de coleccionar”. Esto lo decía porque hay gente con gran poder adquisitivo y se dedican a comprar colecciones. Es cierto que consiguen hacerse de grandes colecciones y en las exposiciones mundiales normalmente ganan las medallas de oro. Pero yo no entiendo así el coleccionismo. Yo personalmente valoro mucho más todo lo que se aprende de una colección que por su valor en el mercado.

–¿Tiene alguna colección especial?

–Pues sí. Tengo una colección de la que dicen amigos míos que incluso podría escribir un libro. Se trata de un famoso lote que me regalé por mi cumpleaños por 60 euros a través de una web. En el lote venían trescientas y pico de cartas. Y claro. Cuál fue mi sorpresa que el propietario me envió el sobre con las cartas dentro. Por pura curiosidad me puse a leer las cartas y después investigué quiénes eran las personas que se escribían. Descubrí que se trataba de una pareja de novios. Se casaron, tuvieron hijos y son personas conocidas de España. Una de las personas que escribía, su abuelo, fue ministro de la guerra con Alfonso XIII y su padre fue un militar de alta graduación de los sublevados que fue fusilado en Paracuellos del Jarama. Durante cinco años, de 1940 a 1945, él escribía a su novia contándole que estudiaba para ser capitán de la fragata española. Y yo después me acerqué a la hemeroteca, y efectivamente, terminó siendo capitán, tuvo tres hijos, los hijos se casaron y actualmente me puse en contacto con una nuera suya a través de las redes sociales pero no me ha contestado. Así que, trataré de contactar con los nietos. Mi idea es entregarle estas cartas porque considero que es un material que debería tener la familia y no tenerla cualquiera. Yo me he quedado con los sobres que es lo que me interesa y nada más.

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