La tarde comenzó con Diego Ventura lidiando dos novillos. Después de un buen rejoneo, en el primero pincho tres veces y mató, pero en el segundo se rehízo. Bailó con el novillo, levantó al público de las butacas y mató con una estocada fulminante. Ventura propuso un toreo de alto nivel. Prueba de ello fue la maestría con los estribos y las riendas a lomos de sus cuatro caballos que maravilló al público logrando las dos orejas y el rabo. Un rejoneo que le sirvió de ensayo para su actuación en Valencia.
Por otra parte, el matador de toros, Posada de Maravillas practicó un buen toreo con buenos pases de muleta pero pinchó tres veces y mató. Una buena actuación pero que no pudo culminar con premio.
Así mismo, Álvaro Lorenzo lidió muy bien con buenos pases de izquierda y derecha, levantó aplausos, pinchó y mató. Una muy buena actuación que le valió una oreja.
El nombre propio de la tarde fue del trujillano de José Rojo. Con mucha valentía recibió al novillo de rodillas, hizo varios pases de verónica muy aplaudidas. El último novillo resultó ser el más bravo de los cinco de la tarde y junto a un toreo pegado al animal, Rojo culminó su actuación con una estocada profunda. El premio fue meritorio. Dos orejas y el rabo.
Incidencias
Tarde de sol con una plaza a media entrada en la que se dejó ver la familia Perera y al Niño de la Capea de Salamanca. Los novillos de Alcurrucen ofrecieron espectáculo pero la sensación general fue de novillos flojos excepto el último, más bravo. Además del espectáculo taurino, la banda amenizó el arte con música poniendo la nota de color a una buena tarde de toros en Calamonte.
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