La caseta ya está instalada en la avenida, centro neurálgico de la Feria de San José; los bares comienzan a colocar sus casetas; llegan los feriantes y se colocan "de esquina a esquina un cartel y banderas de papel verdes, rojas y amarillas", como dijo Serrat. Y se blanquean las fachadas de las casas e, incluso, de la iglesia.
Y junto a los primeros feriantes que asoman, los electricistas comienzan a preparar los transformadores para que todo vaya bien. No hay duda: llega la Feria.