El Calamonte se despidió de su afición con ‘una manita’ ante el Olivenza, que mostró la peor cara de toda la temporada, según reconoció el propio entrenador oliventino, notablemente disgustado con unos jugadores que «veían cómo el Calamonte les goleaba».
Arrancó el encuentro con un Calamonte que buscó los tres puntos desde el inicio. En los diez primero minutos, el Calamonte ya tuvo tres ocasiones (dos de ellas, claras). Pero el primer tanto llegó desde un saque de esquina que remató Pity en el minuto 12. Y aunque el Olivenza parecio querer freno al asedio, no lo logró. Continuaba el Calamonte abriendo el campo por las bandas. Un disparo de Chicote desde la frontal del área a punto de cumplirse la primera media hora fue la oportunidad más clara de los visitantes en ese primer tramo.
Écija volvió a dar su habitual lección de juego y en sus botas estuvo el pase del segundo. Carrasco sorteó al lateral, encaró, disparó y logró el segundo con enorme facilidad. El tercero fue obra de Vilorta, que inició la jugada en el centro del campo, abrio a Berna en banda derecha quien devolvió a la llegada del mismo Vilorta que sólo tuvo que empujar el balón hasta el fondo de las redes de un Juanga que nada pudo hacer ante el despliegue blanco.
«Sólo hubo un equipo sobre el terreno de juego: el Calamonte», reconoció el propio técnico oliventino. Y no le faltaba razón. El vendaval blanco logró el cuarto tras un saque de esquina en corto que Vilorta dejó sobre Álvaro, que metió el balón al centro del área, donde apareció Diego, el más listo de la clase, para empujarla.
El quinto fue obra de Berna casi al final de la primera mitad a pase de Enrique. Y ahí concluyó el encuentro, aunque restaran 45 minutos. Abdón, el meta local, tras toda una vida en el club de su pueblo (23, para ser exactos), se despidió ante una afición que lo aclamó al ser sustituido.
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