Jose Antonio Briz durante sus vacaciones en Calamonte
Jose Antonio Briz durante sus vacaciones en Calamonte / :: Mario MS

«España ve la investigación como una manera de tirar el dinero»

  • Este calamonteño forma parte del equipo de ingenieros que realizan trabajos en el Centro de Organización Europea para la Investigación Nuclear, ubicado en Suiza

José Antonio Briz Monago forma parte del equipo de ingenieros que realiza trabajos como físico experimental en el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear). La institución situada en Ginebra (Suiza) fue creada en 1954. El CERN es conocido mundialmente por sus experimentos en física y el más sonado fue la colisión de protones en el acelerador de partículas que dieron como resultado el Bosón de Higgs.

–¿Qué hacía el pequeño Briz en la escuela para ser uno de los más aventajados?

–Era un niño normal. No hacía nada diferente al resto. Sólo que atendía en clase y hacía los deberes que nos mandaban los profesores. Creo que esa es una de las claves. Luego también era participativo cuando preguntaban en clase. Tenía curiosidad por aprender cosas nuevas. Yo era más de matemáticas y ciencias, porque literatura o sociales era más de memorizar. Aun así, terminaba el curso bien. Recuerdo cuando estábamos en clase con Pedro Turra, que fue nuestro tutor, y ponía a nuestros padres como ejemplo para que valorásemos que muchos se levantaban a las seis de la mañana para que nosotros tuviéramos un porvenir. Eso hacía qué pensar a todos, incluso a los más ‘gamberretes’. En realidad intentaba inculcar valores como el sacrificio y la responsabilidad. Turra fue el maestro que más me marcó porque además de enseñar matemáticas, también enseñaba valores.

-¿Cuando terminó octavo de EGB, cómo empezó a tomar forma su carrera?

-Terminé octavo y me pilló el cambio a la Educación Secundaria Obligatoria y pasé de octavo a tercero de la ESO. Estudié en el I.E.S. Sáenz de Buruaga de Mérida y aquí fue dirigiendo mis estudios hacia la ciencia porque me gustaba mucho resolver problemas, las matemáticas, etc. Entonces quien me marcó mucho fue el entonces director del centro Manuel Acedo, que me enseñó mucho de física y química en bachillerato.

Como éramos la primera graduación del Sáenz de Buruaga, había mucha cercanía entre alumnos y profesores. De hecho, no tenía muy claro qué hacer al terminar selectividad y quedé con él para que me indicara qué asignaturas había, porque dudaba entre las carreras de física, química, ingeniería química y matemáticas. Y después de verle me quedó claro que lo mío era la física, así que me fui a estudiar a la Universidad de Extremadura, en el campus de Badajoz.

-¿Formó parte de alguna investigación durante sus estudios universitarios?

-Tímidamente, pero sí. Recuerdo que varios compañeros de clase nos interesamos en hacer alguna investigación y acudimos a un profesor que nos facilitó unas imágenes de una estrella de neutrones. Claro, este profesor era de astrofísica. Pero sí que me vinieron bien las prácticas en el Instituto Nacional de Meteorología (INM) situado en el campus de ciencias de Badajoz. Allí analizábamos datos de precipitaciones y temperaturas.

-¿Qué escenario se encontró al te minar su carrera?

-Durante la carrera muchos profesores que realizaban sus investigaciones nos guiaban para formar parte de algún grupo de investigación, pero cuando un compañero y yo nos interesamos en investigar los profesores nos dijeron que no tenían muchos medios para pagarnos nada y si lograban financiación, después de un tiempo, podrían hacernos contratos.

Pero había que pagar piso para vivir en Badajoz. Así que después me puse a estudiar las oposiciones para dar clases de Secundaria pero era complicado entrar en bolsa porque ponderaba mucho la experiencia previa como docente. Así que, aunque sacara un diez no sacaría plaza, pero sí estuve en bolsa.

-¿Entonces fue ahí cuando dio el salto fuera de Extremadura?

-Sí. De hecho me lo planteé así. Vi que la investigación en Extremadura estaba difícil así que me fui a Madrid donde conseguí una beca para trabajar en Vodafone como Project Manager para ampliar la red. Allí estuve dos años y entonces me puse con la tesis doctoral porque entendí que era el momento. La tesis la hice en el CSIC a través de la Universidad Complutense de Madrid. Lo mío es la física nuclear experimental.

-¿Cómo llegó a formar parte del CERN y qué trabajos desarrolla?

-La investigación en España está muy complicada si antes no te has ido fuera. Así que no me lo pensé. Aterricé en Nantes como investigador para física de neutrinos y reactores donde estuve dos años, pero tenía la ilusión de trabajar en el CERN y allí llegué con un programa temporal que comenzó en 2016 y finaliza en 2019. Cuando hice la petición para entrar en el CERN, necesitaban a alguien para hacer simulaciones en el departamento de ingeniería. Así que, lo que hago allí es trabajar en simulaciones para entender los resultados y compararlos.

Estas simulaciones sirven para hacer piezas del acelerador de partículas porque dentro de dos años pretenden aumentar la potencia y la luminosidad que es básicamente cuántos choques hay. Entonces es necesario actualizar toda la infraestructura, sobre todo por seguridad.

-¿Cómo es su vida en Ginebra, echa de menos Calamonte?

-Por supuesto. Echo mucho de menos mi pueblo porque está la familia, los amigos y es un sitio tranquilo. Todo lo contrario de Ginebra que tiene mucha ebullición de gente, sobre todo porque allí están las sedes de la Cruz Roja, Naciones Unidas o la Organización Mundial de la Salud. De todas formas allí se vive muy bien. Es una ciudad cómoda y está rodeada de mucha vegetación. Eso sí, llueve mucho más que aquí en Calamonte. Es una ciudad cosmopolita. De hecho comparto despacho con un italiano, un alemán y una polaca, así que imagínate.

-¿Qué valoración hace de la investigación en España?

-Yo lo que veo es que hay un abismo en comparación con Francia, por ejemplo. Pertenecemos a la UE, pero en investigación es otro mundo. En Francia existen ayudas del Gobierno, medios, facilidades burocráticas para desarrollar ideas y experimentos. Y sin embargo, miras a España y todo son recortes. Yo pienso que en España la investigación se ve más como una manera de tirar el dinero, en lugar de verse como una inversión.

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