Si el viernes pasado se clausuró el curso 2019/2020 en la Escuela Profesional Arroyo Claro, este lunes a las 11.00 horas le ha tocado a la de Hacemos Ciudad II. En esta ocasión, han sido nueve de los quince alumnos matriculados quienes han superado todos los obstáculos que este atípico año ha interpuesto en su camino hacia su conversión en operarios de solado y alicatado.
Publicidad
Los certificados profesionales que han obtenido son, concretamente, dos: el nivel 1 de Operaciones auxiliares de acabados rígidos y urbanización, y el nivel 2 de Revestimientos con piezas rígidas por adherencia en construcción. En la consecución de ambos ha tenido mucha importancia una parte práctica que se ha visto bastante afectada por el coronavirus. «Ha sido un poco más complicado de lo normal por el tema de las medidas de distanciamiento en una obra, en una clase… Es más difícil de llevar, aunque al final te adaptas bien», manifiesta Yolanda García, directora de la escuela.
El principal escollo, sin embargo, no lo han encontrado ahí. El parón de dos meses y medio al que se vieron sometidos por el estado de alarma decretado a raíz de la pandemia provocó un importante desajuste en las 800 horas de contenidos teóricos que debían impartirse. Finalmente, se consiguió solventar reduciendo la programación al 75%, tal y como contempla la normativa.
Al igual que con Arroyo Claro, el Ayuntamiento de Calamonte también ha adquirido con los recién graduados de Hacemos Ciudad II un compromiso de contratación de seis meses a jornada completa que probablemente comenzará ya en 2021.
PRIMER MES GRATIS. Accede a todo el contenido
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.