Los 170 primeros militares de la Brigada Extremadura XI, que durante los últimos seis meses han llevado a cabo una misión de la OTAN en Letonia, llegaron el pasado miércoles día 10 de enero a la base aérea de Talavera la Real (Badajoz). En este contingente llegaron los tres calamonteños: José Domingo Macías, Antonio Fernández y Samuel Custodio.
Los tres partieron de tierras extremeñas el pasado 9 de junio de 2017 para realizar maniobras concertadas con países miembros de la OTAN. Como ya manifestó entonces el general Francisco Dacoba Cerviño, jefe de la Brigada Extremadura XI, se trataba de una operación de la OTAN a petición de los países bálticos.
Cuando los militares extremeños llegaron a Letonia fueron hasta una zona de acampada en tiendas modulares donde podían dormir hasta diez soldados. Cada uno de ellos ha realizado sus tareas correspondientes.
Por ejemplo, José Domingo es un soldado cuya función es de ametralladora. Dice que las rutinas consistían en hacer deporte temprano y prácticamente hacer las mismas funciones que en la base de Badajoz. Después de varios meses en Letonia afirma sentirse muy feliz por el regreso, pero que la experiencia ha valido la pena porque «incluso hemos aprendido inglés», añade, sin embargo, afirma que «se ha hecho un poco largo porque hemos pasado allí el verano y las navidades».
Misiones indispensables
El sargento primero Antonio Fernández mantiene que las misiones en el exterior son indispensables para la carrera militar y te ayudan a conocer mejor el entorno estratégico en el que trabajan los países de la OTAN. En estos meses ha compartido tareas y funciones con otros países europeos con hasta seis maniobras internacionales, nutriéndose entre sí de conocimientos militares y culturales. Manifiesta haber echado de menos a su familia que le recibió en el aeropuerto.
Samuel Custodio, por su parte, hizo tareas de radio tirador y de oficina. Vivió la experiencia muy intensamente pero echando de menos a su familia. «Yo soy miembro del arma de ingenieros zapadores y en Letonia teníamos más árboles y podíamos hacer instrucción distintas a la de Badajoz o Zaragoza».
El regreso de los militares extremeños coincidía con la despedida del general jefe Francisco Dacoba, quien afirmó que el regreso de las tropas y su despedida «ha sido casualidad», aunque también reconoció que si ambas fechas no hubieran coincidido se «habría hecho invitar», ya que para él terminar su carrera en esta brigada, una de las más potentes del Ejército y plenamente involucrada en misiones en el exterior, «es una satisfacción».
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